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Mostrando entradas de febrero, 2022

Ficción

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  La morgue El pasillo era oscuro y lúgubre, no tenía otra opción, había que atravesarlo, tenía  que llegar a ella. Las frías paredes y el olor a químicos atravesaban mi cuerpo, conforme avanzaba  me envolvía paulatinamente una angustia que corroía mis huesos. Conforme me  adentraba a ese sombrío y escalofriante lugar se alcanzaban a distinguir algunos  cubículos con mesas quirúrgicas, algunas aún tenían herramientas y productos  químicos, en otros había instrumentos de autopsia como agujas y materiales de  costura, un colador de scooper y algunas sierras eléctricas de hueso. En las  paredes de los muros del pasillo colgaban dos pizarras, en la primera que quizá  era la más grande había una lista de nombres, habían varios pero mi vista sólo se  detuvo en uno, era el tercero de la columna de la izquierda, ahí estaba. Uno acude  a estos lugares buscando certezas quizá con la esperanza de que alguien se  haya equivocado o que un...

Garabateando I

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  Eso que llaman muerte... I. Hoy, amigos, me siento optimista y llena de vida, así que les hablaré de la muerte. En realidad, no sé gran cosa de tan ilustre y temida señora. Un amigo mío me dice  que en torno al tema de la vida y de la muerte, solo existe una verdad absoluta, y  agrega: el ciento por ciento de los que nacen, mueren. Y se queda tranquilo. En  verdad nadie sabe nada de la muerte porque es imposible saber algo de tan  lamentable viaje sin retorno. Ya Lucrecio decía que cuando nosotros somos, la  muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos. Dicho de otro modo,  mientras vivimos la muerte está ausente, y en el preciso instante en que morimos  es la vida la ausente . S.C.C.

Garabateando II

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  Eso que llaman muerte II. La muerte es la continuación de la vida, llega después, nunca existen, obviamente,  al mismo tiempo la vida y la muerte. El que vive no puede saber qué es la muerte  y el muerto no puede contarlo. Se han hecho muchas especulaciones teológicas y  filosóficas en torno a la muerte, pero no pueden pasar de ahí, de especulaciones y  ejercicios intelectuales que, naturalmente, nada aclaran.  ¿La muerte? Sigue  tranquila y esperando. S.C.C.

Garabateando III

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  Eso que llaman muerte III. El De rerum natura de Lucrecio, poema filosófico que versa sobre Venus, el amor y la muerte. Siendo el de la muerte el más importante de dicho poema por ser la única interpretación del epicureísmo que nos ha legado la tradición. Según los expertos en el tema, el temor a la muerte es uno de los principales motivos guiadores del De rerum natura , y denota con claridad y lucidez el talante melancólico del poeta. Tal como señalaba Cicerón, era sorprendente la predilección por este tema, lo cual significaba el horror que ante tal fin le esperaba. Para comprender su reflexión sobre la muerte , hay que entender su convicción por la vida. S.C.C.

Garabateando IV

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Es o que llaman muerte IV. La actitud de una persona hacia la muerte, refleja en cierta manera el grado de su evolución sicológica y sus antecedentes culturales. Macbeth exclama que, luego de haber levado una existencia atormentada después de haber matado al rey Duncan, pudo dormir bien. Para Heine, la muerte era como una noche fría, para Lord Balfour una gran aventura. En el libro de los muertos del Tíbet se describe la muerte como algo que debe ser cuidadosamente vigilado, para lograr los resultados más satisfactorios. Rabindranath Tagore, dijo: "Y como amo esta vida, sé que de igual manera amaré la muerte". San Francisco de Asís: "Bienvenida sea la hermana muerte". El agonizante general Ethan Allen cuando le dijeron que los ángeles lo esperaban: "Malditos sean, que esperen". Para mí, un implacable enemigo que debe combatirse hasta el fin. S.C.C.  

Novela

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  Alguien llamada Alex (fragmento) Hay noches en que las pesadillas no me dejan dormir. Me duermo solo un rato, y de repente, me despierto aterrada por esos horribles sueños que muy seguido tengo y que me angustian terriblemente. Anoche soñé que caía a un profundo pozo y al recobrarme del golpe me encontré lastimada en el fondo y sin poder levantarme, rodeada de arañas, ratas y todos esos animales que tanto miedo me dan, se me iban acercando más y más y yo hacía desesperados esfuerzos por levantarme y no podía y los bichos llegaban a mi y empezaban a morderme, hasta que de repente sentí que me cubrían todo el cuerpo las víboras, las arañas y las ratas y me mordían las las piernas, la cara, los ojos y los labios, y yo sentía el dolor de las mordidas y cómo me arrancaban la carne a pedazos y la sangre salía por todas partes; primero, poco a poco, después a grandes borbotones y no podía levantarme y recuerdo que gritaba pero nadie me oía y quería llorar y quería vivir y quería un poc...

Novela I

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Historias de la guerra (fragmento) I. Frente a la casa donde vivían, a la derecha saliendo y un poco atrás, habían campos cultivados, atrás remolacha, al frente y a la derecha campos de trigo y algo de maíz. A unos treinta metros, de su casa, poco antes de los campos de trigo, había una construcción donde el tío Vincent, así le decía todo el mundo, guardaba unos bultos grandes rectangulares de forraje. Es la paja que queda una vez se han tomado las espigas donde están los granos de trigo. El tío Vincent, era un viejo amable, gente buena, dueño de algunos campos. La construcción era de madera muy delgada y techo de un material que se llama uralita ondulada. Junto a la construcción, había una gigantesca higuera que en la temporada adecuada se llenaba de higos. Grandes ramas de higos se apoyaban sobre el techo de la cabaña, dándoles el pretexto a los tres hermanos y dos niñas vecinas, de quedarse embobados viendo al tío Vincent recoger los higos evitando que se echaran a perder. No tarda...

Novela II

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  Historias de la guerra (Fragmento) II. Un día, inconsciente de donde estaban y con la panza llena de higos, los hermanos se pusieron a corretear y a brincar sobre el techo de la cabaña. De repente: ¡crack! ¡Crack!, se rompe el techo de uralita y los tres cayeron dentro de la cabaña. Asustados y adoloridos. Habían caído sobre paja pero de una altura de 5 metros. El susto que se llevaron fue tremendo; después, reían como locos y, ahora brincaban pero sobre la paja. En un momento, Antonio los hizo parar y callar. y les dijo: "Vámonos, no vaya a venir el tio Vincent". Se dirigieron a la puerta y, naturalmente, la puerta estaba cerrada con llave. Estaban atrapados dentro de la cabaña y, otra vez, asustados. S.C.C.

Novela III

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  Historia de la guerra (fragmento) III.  Atrapados y asustados. Mi padre, con 7 años a cuestas, le preguntó a su hermano Luis: "¿Nos llevarán a la cárcel?", "No sé...", le contestó. Olía a algo dulzón, a higos, a paja seca, a campo y a flores. No lo sabían bien pero olía también a niños contentos, un poco asustados, pero felices. "¿Y ahora que hacemos dijo Luis?", "Déjenme que piense", dijo Antonio. Pepe el más pequeño se revolcaba en la paja, y de vez en cuando trataba de cazar alguna lagartija pero no lo lograba. Él recordaba que alguien, alguna vez, les había dicho que a las lagartijas si les cortas la cola les vuelve a crecer y él quería experimentarlo, pero nunca lo logró a pesar de encontrase bastantes en el pajar. De pronto Antonio les dice: "Vengan, vayamos a la puerta y les gritamos a las niñas, Pili y Carmen y que ellas vayan a buscar a la mama, (en España como en Italia se dice mama, y no mamá),  ella sabrá que hacer". Y ...

Novela IV

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  Historias de la guerra (fragmento) IV. Llegó la mama con dos vecinas, escuchó la historia, que en medio de gritos de todos Antonio, el mayor, explicaba. La escalda a la higuera, el techo, el baile y la caída. Después de asegurarse de que ninguno estaba lastimado, mi yaya se soltó a reír -siempre fue muy alegre, jovial y optimista-, las vecinas y las niñas le hacían coro, sin saber por que reían, y los hermanos al ver que no había regaño, se echaron a reir con ellas. Aquello era un enorme reir de niños y grandes, reían a carcajadas contagiados de la risa de la mama que era la única que sabía porque reían. Después de un rato -no demasiado largo-, la risa cesó. Adentro de la cabaña los niños se miraban un poco sorprendidos, afuera solo se escuchaban algunos murmullos de las voces de la mama y las vecinas. "¿Qué pasa mama, ya nos sacas de aquí?", grito Antonio. "oiganme bien, Antonio, Luis y tú Peporro", dijo la mama aguantándose la risa. " El tío Vincent no e...

Novela

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  10 días y 10 noches [Fragmento]  1º de octubre de 1949. De esa caja mágica que es la memoria se escapan y desfilan ante los ojos del alma imágenes de sangre y lágrimas, de. miedos intensos y de la inigualable alegría de estar vivo. Recuerdo como si fuera ayer, ese día que decidimos salir de nuestra casa en partes, salir de nuestro hogar y nuestra patria, con la consigna de reunirnos todos en Francia, en donde mi padre mandaría por nosotros, para llegar a México. El viajé lo organizó la tía Rosalía, hermana de nuestro padre; teníamos que tomar un tren de Barcelona a Manrese en donde debíamos reunirnos al costado derecho de la iglesia principal, en una calle muy empinada, a las 12 de la noche, con el guía que nos ayudaría a cruzar la frontera. Llegamos a las 10 de la mañana y muertos de hambre, así que decidimos buscar dónde comer y entramos al primer lugar que encontramos sin darnos cuenta de si era un restaurante de "medio pelo" o fino, al fin jóvenes inconscientes. Nos l...

Garabateando

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El silencio Él me descubre observándolo, me sonríe. Ella cuelga el teléfono, también me sonríe. ¿Se habrán dado cuenta que los observo? ¿Sabrán que escribo sobre ellos? Se siguen ignorando... Se sienta junto a ella, me sigue sonriendo. Sigue sonriendo... Se levanta intempestivamente y se sienta a mi lado. Sigo escribiendo, pienso si no se dará cuenta de lo que hago, mis jeroglíficos son tales que a veces ni yo los entiendo. Me siento nerviosa. Lo miro, me mira, sonríe, sonrío. El nerviosismo crece, volteo a mi libreta, ya no sé qué escribir. El silencio ... S.C.C. El silencio 

Ficción

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  Distopía editorial Cada vez se aproximaban más los pasos. Ese aterrador ruido de las pesadas botas militares le revolvía el estómago. sabía que era cuestión de tiempo, finalmente la atraparían. Los pasillos de aquel enorme complejo habitacional retumbaban con el eco de las botas de aquellos hombres... ¿Hombres? No estaba segura si aún se le podía llamar hombres a esas criaturas. Hacía tiempo que habían dejado de ser humanos. Eran seres detestables, sucios y violentos, cuyos cerebros parecían haber sido desmontados y vueltos a armar con un solo objetivo, eliminar cualquier rastro de empatía, de piedad. Habían sido humanos, sí, pero ya no lo eran. El estruendo de una puerta destrozada l e heló la sangre , pero no podía parar ahora, tenía que terminar de transferirle los datos a Tuat. Ya estaban muy cerca, sabía que estaban revisando los departamentos de su piso, podía oír los gritos de sus vecinos, ruegos, llantos, y luego...nada...un silencio pesado y abrumador que sólo era pert...

Libros

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  Los tatuajes en el siglo XXI. La práctica del tatuaje , como expresión cultural, constituye un espacio donde confluyen dos tipos de memoria , una común que se desarrolla como contexto de las condiciones de producción y una individual, un espacio de la intimidad y otro donde el texto responde a necesidades particulares y específicas (Álvarez Licona y Sevilla González, 2002). Desgraciadamente esta particular visión tiende a desaparecer en la medida que ésta práctica se juzga y condena. Esta forma de expresión cultural debe ubicarse como un género transgresor, y no solo por el significado mismo de esculpir cuerpos con tinta, sino por la carga ideológica que tiene esta representación. Se debe promover una cultura que se desprenda de prejuicios y de cualquier condicionamiento social, para abrirse a nuevas experiencias artísticas que han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. S.C.C.

Literatura infantil y juvenil

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 Anduriñas Un puente, un bosque y dos vidas. Algunas veces, ciertas personas y lazos parecen desaparecer, esfumarse en una impenetrable niebla que los devora para no dejarlos volver. Pero en ocasiones especiales esos vínculos sobreviven en las grietas de los árboles , escondidos entre los versos de poemas antiguos o en el murmullo de las aguas de algún río. Esta es una de esas historias. Con este breve texto se anuncia el próximo lanzamiento del cuento titulado Anduriñas de la joven editorial Corda ediciones. La historia de D.M. Cara es sencilla y profunda, logra desarrollar un estilo propio y especial. Su prosa poética y su firmeza para ubicarnos en los contextos y los detalles, hacen que su narrativa nos envuelva al igual que la magia que se desprende de sus palabras. " Los árboles aman las historias , en particular aquellas que hablan de almas conectadas a través del tiempo y la distancia por fuerzas más antiguas que la magia misma". Todos amamos las historias y más cua...