Escritoras IV
Nosotras que nos queremos tanto
Hacía mucho frío y el sol quemaba la tierra. Cuando desperté, te habías ido, te busque por todos lados. Te llevaste grandes suspiros.
Hacia la montaña subía un sendero amplio con pequeños frutos rojos que mancharon sus adoloridos pies mientras huía de aquel humanoide.
Sin faz del amor y de la vida y del tiempo que nos lleva, como pedacitos del infinito, unidos por hilos rojos a encontrarnos a lo largo del camino.
Encontré ese árbol seco, y lloré mucho...sin embargo, me levanté y seguí caminando en busca de la estrella que me llevaría a mi destino.
Me gusta estar libre y acompañada...alrededor de la vida.
Texto: Elaborado en el Círculo Literario Voces Compartidas Femeninas
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