Distopía editorial Cada vez se aproximaban más los pasos. Ese aterrador ruido de las pesadas botas militares le revolvía el estómago. sabía que era cuestión de tiempo, finalmente la atraparían. Los pasillos de aquel enorme complejo habitacional retumbaban con el eco de las botas de aquellos hombres... ¿Hombres? No estaba segura si aún se le podía llamar hombres a esas criaturas. Hacía tiempo que habían dejado de ser humanos. Eran seres detestables, sucios y violentos, cuyos cerebros parecían haber sido desmontados y vueltos a armar con un solo objetivo, eliminar cualquier rastro de empatía, de piedad. Habían sido humanos, sí, pero ya no lo eran. El estruendo de una puerta destrozada l e heló la sangre , pero no podía parar ahora, tenía que terminar de transferirle los datos a Tuat. Ya estaban muy cerca, sabía que estaban revisando los departamentos de su piso, podía oír los gritos de sus vecinos, ruegos, llantos, y luego...nada...un silencio pesado y abrumador que sólo era pert...
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